En un hecho histórico, la cámara de diputados aprobó la ley #NadaQueCurar el 22 de marzo de 2024. Esta ley tiene como objetivo tipificar como delito los Esfuerzos para Corregir la Orientación Sexual e Identidad de Género (conocidos como ECOSIG), que incluyen prácticas violentas como la violencia física, psicológica, secuestros, electroshocks y violaciones.
La ley está a un paso de ser aprobada en el senado de la república, lo que brindará respaldo legal a la población de estados como Coahuila y Durango, donde aún no se han legislado en esta materia.
Oscar Martínez, activista de la comunidad y representante regional de Durango del colectivo LGBT Rights, comenta:
“Durango es uno de los 2 estados en los que el congreso local no ha querido abordar este tema. Junto con Chiapas, son los únicos 2 estados que han evitado tratar el asunto de los ECOSIG. Estamos luchando contra un sistema fuerte y conservador que no cede”.
En Durango, 96 450 personas se identifican como gay, lesbiana, bisexual o transexual, lo que convierte al estado en la octava entidad con mayor porcentaje de personas (7.2) pertenecientes a la comunidad LGBT+, según datos del INEGI.
Según la encuesta estatal LGBTIQ+ de la comisión de derechos humanos el 21% de la comunidad de Durango ha sido sometida a las terapias de conversión que se componen de violencia física, psicológica, secuestros, electroshocks y violaciones.
En entrevista la diputada federal Salma Luevano enfatizó: “En el derecho, lo que no está escrito, no existe”. Por lo tanto, la existencia de esta ley es crucial para sancionar las mal llamadas terapias de conversión.
La falta de un conteo oficial de estos centros provoca que su existencia se mantenga en secreto, pero la comunidad está decidida a cambiar la realidad.
Con el respaldo legal que esta nueva ley puede generar, LGBT RIGHTS está tomando medidas concretas para localizar los centros que perpetúan los ECOSIGS. A través de sobrevivientes valientes, están recabando datos sobre los lugares donde se han llevado a cabo estas terapias.
“En Durango, por ejemplo, si tenemos el caso de un chico que vivió una sesión de electro shocks en uno de estos centros [...] Desde una madre que interna a su hija porque es lesbiana y todo lo que le llega a pasar en un centro de este tipo, sesiones de violencia psicológica, y llegan a violar sexualmente a estas personas, a una chica lesbiana involucrarla con hombres o un chico gay involucrarlo sexualmente con mujeres “para corregir”.
La ley “Nada Que Curar” no tiene como objetivo castigar a los padres que por desinformación llevan a sus hijos a estos centros. La diputada Salma Luevano lo aclara:
“En ningún momento esta iniciativa pretende encarcelar a los papás, sí sancionar a aquellas personas que traten, encierren a las personas de la diversidad con falsos argumentos, mentiras, engaños y hagan creer lamentablemente a los papás que se puede curar la homosexualidad, es una verdadera mentira, no es una enfermedad, por lo tanto no hay nada que curar”.
