
Por: Luis Carlos Plata
Con la aprobación del presupuesto de dádivas de la Federación 2025 (alguna vez de Egresos), y el saqueo del régimen centralista a los fondos del Infonavit, que pertenecen a los trabajadores como novedad legislativa de última hora, acabó el primer periodo ordinario de sesiones en el Congreso de la Unión.
La histórica Legislatura sobrerrepresentada con mayoría calificada en ambas Cámaras para Morena, aliados y cómplices de otros partidos que se sumaron al coro una vez comenzada la misa, misma que puede cambiar la Constitución por completo (junto a 23 legislaturas locales donde predomina) sin que nadie pueda oponerse legalmente, tomará un receso, obligado por el calendario. Por consecuencia no podrán hacer más daño en lo que resta de 2024.
Momento de hacer un balance anual, pues la temporada lo amerita, ya que de Coahuila existen representantes en esa pandilla, además de los legisladores del PAN y PRI.
La pregunta es muy simple: ¿Qué han hecho en los primeros 105 días transcurridos hasta hoy desde que se instalaron en sus curules y escaños el 1 de septiembre?
En el Senado hay cuatro lugares de los 128 que integran el órgano: Luis Fernando Salazar Fernández, Cecilia Guadalupe Guadiana Mandujano, Miguel Ángel Riquelme Solís, y Alfonso Cepeda Salas.
En la correlación de fuerzas interna, Cepeda Salas es presidente de la Comisión de Seguridad Social, Riquelme de la Comisión de Federalismo, y Salazar de la Especial sobre AHMSA. Guadiana, en cambio, no encabeza ninguna.
Si bien esta última Comisión no existía y se creó debido a la coyuntura política-económica para revisar y vigilar el proceso de quiebra de Altos Hornos de México, con repercusión en la Región Centro y Carbonífera del estado, cabría ponerle un asterisco al tema y recordar al respecto una frase que se atribuye a Napoleón (Bonaparte, no al cantante): “Si quieres que algo sea hecho, nombra un responsable; si quieres que algo se demore eternamente, nombra una Comisión”.
Más allá de servir como correa de transmisión a los designios del Poder Ejecutivo junto al Grupo Parlamentario en los últimos cuatro meses, sin mover una coma ni leer siquiera los dictámenes que les pasan a votación, el dirigente magisterial del SNTE, por su cuenta, ha presentado tres iniciativas de ley desde que tomó protesta, el exgobernador de Coahuila ocho (en grupo, no individuales, justo es decirlo), y Luis Fernando ha promovido una. En todos los casos, sin embargo, han sido turnadas a comisiones, sin que hayan sido aprobadas a la fecha.
Cecilia, en cambio, no reporta trabajo legislativo propio. Ni proposiciones ni comunicaciones. Nada. Como en la escuelita: leyó una efeméride, el 15 de octubre, a propósito de la “Conmemoración del 71 Aniversario del Derecho al voto de las mujeres en México”.
Ése es el nivel.
Entre los Diputados Federales existen 12 posiciones que representan a la entidad, entre las 500 que componen el Pleno: Brígido Moreno, Javier Borrego, Theodoros Kalionchiz, Jericó Abramo, Guillermo Anaya, Cintia Cuevas, Antonio Castro, Hilda Licerio, Ricardo Mejía, Marcelo Torres Cofiño, Verónica Martínez y Rubén Moreira.
Rubén, cosa curiosa, es un parlamentario destacado. Si se pudiera reducir al maniqueísmo su labor, se podría decir que lo buen Legislador que es, contrasta con lo mal Gobernador que fue. Es directamente proporcional.
Hasta el momento el más activo de la bancada del PRI es Jericó, con 14 iniciativas presentadas, y Verónica Martínez con 10. Moreira acumula tres.
Entre los panistas hay solo dos; una de Kalionchiz, acerca de tarifas eléctricas, y otra intrascendente de Anaya, sobre cambiar un día festivo como descanso. Torres Cofiño, por su parte, sólo ha usado la tribuna para escandalizar y “crear contenido” para sus redes sociales.
A la cuenta se suman cinco iniciativas de Mejía Berdeja por el PT, y ninguna de Brígido. Tampoco hay propuestas de Hilda Licerio, quien representa al Partido Verde.
Cortita y al pie
Y aquí llegamos a los peores entre todos: los de Morena; simples levanta dedos cuya función es asistir y grillar utilizando las instalaciones de la Cámara, así sea sin sentido ni fundamento. De su parte la producción es prácticamente nula, salvo dos iniciativas de Javier Borrego, pues ni Antonio Castro (Saltillo) ni Cintia Cuevas (Torreón) han estrenado la función para la cual fueron electos: legislar.
La última y nos vamos
Unos, rebaño de Adán Augusto, otros, en el corral de Ricardo Monreal. Pero pocas voces propias balando entre la mayoría. No hay espacio para proposiciones individuales.
Luego de un inicio intenso, hoy regresan “al territorio” -presumen- como si se tratase de una notable hazaña o alguien los extrañase.