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Lo que mal empieza mal acaba: árbitro sin cabeza en Coahuila

Ni es de Coahuila ni había sido finalista entre la dupla que seleccionó el Instituto Nacional Electoral previamente

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Ni es de Coahuila ni había sido finalista entre la dupla que seleccionó el Instituto Nacional Electoral previamente, vía un proceso en teoría transparente y meritocrático para designar consejero presidente del Instituto Electoral de Coahuila cuando el momento lo requirió; es decir, en 2022.

En su día los consejeros del INE deshicieron, pues, su propio procedimiento, e impusieron sin explicaciones a Rodrigo Paredes Lozano en la presidencia del árbitro electoral de la entidad, cargo que asumió el 3 de noviembre del mismo año.

Cuando ya había sido eliminado del concurso, la entonces consejera, Adriana Favela Herrera, sorpresivamente puso sobre la mesa su postulación como propuesta, y 10 de 11 congéneres votaron a favor. Así consumaron la trastada.
“Para mí sería la persona idónea”, se aferró, resaltando supuestas cualidades. “Tiene la experiencia necesaria”, abundó.

Y aquí viene un párrafo interesante, extraído directamente de la versión estenográfica de la sesión que ocurrió el 22 de agosto de 2022: “Se hicieron algunos comentarios cuando se subió la propuesta en el sentido de que tal vez no sea una persona que sepa trabajar en equipo, o tenga ciertas habilidades. Yo me di a la tarea de revisar su expediente y creo que precisamente donde tiene más habilidades, es en alcanzar las metas colectivas”.

Plop. Hoy, irónicamente como consecuencia de pelearse con todos, el hidrocálido que había sido impulsado como una opción técnica y del servicio profesional de carrera para evitar suspicacias, un supuesto agente neutro, es el primer y único miembro de un órgano local en la historia contemporánea de la entidad, depuesto del cargo.

Se trata de un hecho inusitado, y vaya que han existido personajes cuestionados en el pasado, desde el extinto IEPC. Inclusive otros consejeros electorales habían librado en su momento procedimientos institucionales de remoción, particularmente durante la conformación original del IEC que nació en 2015, como María de los Ángeles López en 2016, Gabriela de León Farías, Alejandro González Estrada y Gustavo Espinosa Padrón, todos en 2017, o Juan Carlos Cisneros y Madeleyne Figueroa Gámez en 2023.

En dos años y dos meses al frente del Consejo General (no llegó a transcurrir ni a la tercera parte del periodo de siete años que le correspondía legalmente), Paredes generó un encono inusual entre la burocracia electoral, no así entre ciudadanos y partidos políticos representados en la mesa que presidió, quienes, en el caso de los primeros, ni en el mundo lo hacían; respecto a los segundos, no lo veían estos como amenaza de algo, sino le consideraban simplemente un individuo desaseado en sus formas.

El chauvinismo regional (Coahuila para los coahuilenses) finalmente se impuso, aunque no fue esa la principal razón para removerle vía una votación de manera unánime, ocurrida el jueves en el INE de la CDMX.

Ni siquiera las irregularidades achacadas a la negligencia de su gestión son muy distintas a lo que sucede al interior de otros entes. En la danza de los millones, sus acciones tampoco hacen ruido comparadas con otras, cuantificadas en daños y observaciones mucho más altos.

¿Qué sucedió entonces?

Una lección: la política es necesaria. No existe la objetividad ni la autonomía en los términos asépticos que se cree. Por ello quien asuma la presidencia del IEC de manera provisional entre los seis restantes consejeros, y por tanto se saque al tigre de la rifa con la conducción del proceso para elegir jueces y magistrados locales, será intrascendente considerando que vivimos un proceso inédito y experimental, donde se improvisa sobre la marcha y por tanto habría cierta tolerancia para errores debido a las fallas de origen que supone el despropósito.

Lo trascendental viene después: para los procesos electorales locales de 2026 y 2027, como antesala al de 2029.

Existe sin embargo un inconveniente: la conformación del INE que designará en el segundo semestre del año al nuevo presidente del IEC, ya no es la misma que nominó a Paredes en su día (todavía en la Presidencia de Lorenzo Cordova y cuando reinaba una cierta cordura en las resoluciones).

Y si bien se trató de un error en vista de las consecuencias, actualmente la inclinación hacia Morena es notoria en su actuar desde la asunción de Guadalupe Taddei Zavala (así como ha sido también el denominador común en la Sala Superior del Tribunal Electoral).

A lo anterior hay que sumar una coyuntura política: se proyecta desaparecer los Organismos Públicos Locales (Oples) en la Reforma Electoral de marzo próximo, cuyas funciones serían absorbidas por el INE (que cambiaría su nombre por Instituto Nacional de Elecciones y Consultas).
Ojo Coahuila, tenemos un problema.

Cortita y al pie

En la misma sesión donde cayó Paredes (que aún puede impugnar, ajá) se votaron procedimientos de remoción de consejeros electorales en los Oples de Colima, Tamaulipas, Campeche, Puebla, Baja California Sur, y Estado de México. Todos esos estados, casualmente, gobernados por Morena.

No es Coahuila una anormalidad del sistema electoral, justo es decirlo.

La última y nos vamos

Puede sonar banal y superficial, pero un funcionario varón mayor a los 40 años de edad que cambia de peinado varias veces por semana (y con él a su vez, de humor), en función de cómo amanezca y de qué lado de la cama despierte, no puede ser confiable para administrar los recursos públicos. Desde ahí se veía venir el desaguisado.

Toda, responsabilidad del INE (y de quien sugirió a Adriana Favela el albazo, agenciado en el estado a “Don Carlos”).

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