
El Super Bowl no solo es el evento deportivo más esperado del año, sino también un espectáculo musical de alto nivel. En esta ocasión, Kendrick Lamar fue el protagonista del show de medio tiempo, ofreciendo una presentación inolvidable que dejó al público extasiado.
El show comenzó con el estadio completamente a oscuras, mientras los fanáticos coreaban el nombre del rapero. De repente, las luces se encendieron, revelando un escenario con estructuras geométricas. La sorpresa inicial vino de la mano del actor Samuel L. Jackson, caracterizado como una versión del icónico Tío Sam, quien exclamó: “¡Este es el gran juego americano!”.
En ese instante, Kendrick Lamar apareció sobre el capó de un auto, en cuclillas, y comenzó su actuación con su inconfundible estilo de hip hop. Desde el vehículo emergieron decenas de bailarines vestidos de rojo, azul y blanco, representando los colores de la bandera de Estados Unidos, quienes ejecutaron una coreografía sincronizada con precisión.
A medida que avanzaba el espectáculo, más bailarines se sumaban a la escena, elevando la energía del show. Lamar, vestido con una chamarra azul y jeans, continuó con su repertorio mientras el Tío Sam interrumpía para preguntarle: “Señor Lamar, ¿realmente sabe cómo jugar el juego?”. Esta frase marcó el inicio de una nueva interpretación, con cerca de sesenta bailarines en escena.
El clímax del show llegó con la aparición de la cantante SZA, quien fue recibida con una ovación. Para el cierre, Samuel L. Jackson, en su papel del Tío Sam, exclamó: “¡De esto hablaba yo!”, dando paso a los últimos minutos del espectáculo, en los que Lamar interpretó algunos de sus mayores éxitos, como “Peekaboo”, “Humble”, “DNA” y “Squabble Up”.
El público vibró con cada momento del show, dejando en claro que Kendrick Lamar logró convertir el medio tiempo del Super Bowl en una presentación épica e inolvidable.