
El 18 de marzo es una fecha emblemática en la historia de México, ya que se conmemora la Expropiación Petrolera de 1938, cuando el presidente Lázaro Cárdenas del Río nacionalizó la industria petrolera.
Todo se remonta a principios del siglo XX, cuando la explotación petrolera en el país estaba en manos de compañías extranjeras. Estas empresas operaban con amplias concesiones otorgadas durante el Porfiriato, beneficiándose de los recursos naturales mexicanos sin otorgar ningún beneficio a la nación.
Durante la presidencia de Lázaro Cárdenas del Río, el descontento de los trabajadores petroleros creció debido a las malas condiciones laborales y los bajos salarios, es por ello que en 1935 se creó el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), el cuál buscaba exigir mejores condiciones y tras un fallo a su favor por parte de la Suprema Corte de Justicia, las empresas extranjeras se negaron a acatarlo.
Ante esta situación, el 18 de marzo de 1938, el presidente Cárdenas firmó el decreto de expropiación petrolera, lo que significó que el Estado mexicano tomaría el control de la industria petrolera, afectando a 17 compañías extranjeras.
La expropiación petrolera marcó un hito en la economía de México y reforzó la idea de que los recursos naturales deben beneficiar a la nación. Durante décadas, Pemex fue un pilar de la economía mexicana, sin embargo, con el tiempo fue enfrentando desafíos financieros.
Este hecho consolidó la soberanía de México sobre sus recursos naturales y es recordado como un momento clave en la identidad y autonomía nacional.