
El martes se celebró la segunda sesión ordinaria de la Comisión Especial para Revisar y Vigilar el Proceso de Quiebra de Altos Hornos de México, en el Senado de la República.
Lo interesante del evento —cuya primera sesión se desarrolló el 19 de febrero— fue la presencia física en la mesa de los tres senadores, estos sí, políticos profesionales, que representan a Coahuila como integrantes: Luis Fernando Salazar, Miguel Ángel Riquelme y Alfonso Cepeda Salas. La cuarta de cuatro en la Cámara, Cecilia Guadalupe Guadiana Mandujano, no participa en ella, pero es la más interesada en el negocio que de ahí resulte, ya que hay una historia detrás.
Al asumir el escaño, una de las primeras gestiones en el Senado que hizo el finado Armando Guadiana Tijerina —el 8 de febrero, a principios de 2019— fue convocar a una rueda de prensa en el recinto legislativo (con Alonso Ancira Elizondo presente, entonces dueño mayoritario de AHMSA) “en defensa de la industria del acero”.
Luego sobrevino la debacle, y tres meses después Guadiana pidió a la Unidad de Inteligencia Financiera descongelase las cuentas bancarias de Ancira, quien horas antes había sido detenido en Mallorca, España, constituyendo su situación “El Quinazo” del sexenio de Obrador.
Aunque ahí no quedó el asunto: el eterno candidato a Gobernador del Estado por Morena emplazó a la Secretaría de Hacienda —como si un senador tuviese dicha facultad— para reactivar el dinero de Ancira en un plazo de 24 horas, contadas a partir de la publicación de un video protagonizado por él. No sucedió.
Posteriormente, en septiembre de 2020, utilizó su posición para presentar un exhorto al Presidente de la República para salvar AHMSA (y recuperar, entre otras cosas, pagos a proveedores, entonces ya paralizados por completo), y uno más en marzo de 2021 a la Secretaría de Economía para “salvaguardar a la planta productiva que gira en torno a la empresa”.
Plan con maña: la acerera mantiene hoy “una deuda importante” con las empresas de Guadiana, como él mismo informó a principios de 2020, sin especificar el monto.
El pasado martes, por primera vez en cinco años, se deslizó el tema de la venta de AHMSA considerada ya no como industria en activo, sino como chatarra, pese a que Victor Manuel Aguilera, Síndico de la Quiebra de Altos Hornos de México a partir del 11 de diciembre de 2024, y de Minera del Norte (Minosa) desde febrero 4 del presente año, manifestó: “No pretendo que se venda la empresa como piezas”.
Se comunicaron, además, datos relevantes del procedimiento concursal mercantil vigente, y el siguiente paso es convocar a una subasta. Otro avance, es que desde marzo 4 el inventario de AHMSA está a la vista de los acreedores facultados para consultarlo.
Al respecto resalta la participación del exgobernador de Coahuila, Miguel Riquelme, durante la segunda sesión de la Comisión Especial: “El origen de la quiebra no lo podemos ocultar: es una revancha contra Alonso Ancira” (…) “Una quiebra dirigida, de esta naturaleza, se debió haber previsto por el Estado mexicano” (…) “Si nosotros no ayudamos o no somos conducto para que AHMSA pueda renegociar, eso se va a vender como chatarra”.
Cortita y al pie
Sin embargo el quid de la cuestión es muy sencillo: una vez que sean identificados contratos y facturas que se adeudan, cualquier ingreso de capital a la empresa judicialmente declarada en quiebra, si tuerce su camino y las prioridades de la Comisión Especial, serviría para pagar no a trabajadores y extrabajadores, sino la presunta obligación que mantiene su exdueño, Alonso Ancira, por la proveeduría local con los herederos de Armando Guadiana (uno entre mil 700 acreedores registrados y ordenados en grupos por orden de pago, justo es decirlo), entre los cuales naturalmente figura la cuarta senadora por Coahuila (única entre sus homólogos de Coahuila que, a la fecha, luego de casi un año legislativo, ha presentado una sola iniciativa de ley, por cierto).
La rebatinga, pues. O dicho de otra forma: de lo “perdido”, lo “recuperado” (para ellos).
La última y nos vamos
En resumen, una reunión de trabajo aparentemente de rutina revela el estado actual de las cosas: tres legisladores federales de diferentes partidos y facciones políticas en la misma mesa, al pendiente de un caso trascendental para Coahuila, y una en el exterior del salón, como albacea de sus bienes (y derechos como acreedor).
Por lo demás, para qué otra cosa son los cargos públicos producto del nepotismo, sino para cabildear asuntos e intereses privados.