La gravedad de la crisis de seguridad en Torreón obligó a mover piezas clave. El gobernador Manolo Jiménez Salinas encabezó una reunión de emergencia con el alcalde Román Alberto Cepeda González, el fiscal Federico Fernández Montañez y el secretario de Gobierno, Óscar Pimentel González para tomar acuerdos que no podían esperar. De entrada, habrá cambios en los mandos de la Policía Municipal y del Grupo de Reacción Torreón (GRT), además de abrir un diálogo directo con los elementos, en un intento de recomponer el tejido interno antes de que el agua llegue al río. Los nuevos mandos los pondrá el gobierno estatal.
La instrucción de Manolo es clara: reforzar el modelo de seguridad, supervisar a fondo el estado de fuerza municipal y sumar al Ejército y a la Marina con presencia activa en las calles.
El gobernador lo dijo sin rodeos: "La seguridad de Torreón es y será siempre nuestra prioridad". En el fondo, el mensaje también lleva destinatario: a la sociedad civil y a los empresarios que en días recientes reclamaron acción inmediata tras el repunte de violencia y descontrol. El rescate de Torreón, otra vez, pasa más por el Palacio Rosa, que por la Plaza Mayor.
A empujones
Si la intención de enviar a los “altos perfiles” del ayuntamiento de Torreón a calmar las aguas en la Dirección de Seguridad Pública Municipal, el efecto fue contraproducente… una pifia más en el gobierno de “Robán” Alberto Cepeda González.
Primero llegó el secretario del Ayuntamiento, José Elías Ganem Guerrero, pero como lo hizo en la más cruda expresión de su personalidad: prepotente, arrogante, pagado de sí mismo, los policías inconformes por el trato que reciben de los mandos de la corporación, literalmente lo batearon.
Después llegaron el tesorero municipal, Oscar Luján —-imagínense, con todo su carisma-, y la sindica Natalia Fernández Martínez… ¿Cómo terminó todo? Con decirles que “La Querida Socia” fue sacada a empujones de la corporación municipal… ¿Y Luján? Optó por hacerse “chiquito”, levantar las manos en señal de paz y tratar de pasar desapercibido. En síntesis: la estrategia municipal, otra vez, resultó caótica.
Ponen orden en seguridad
Luego de una larga jornada de caos, por el paro de policías y los señalamientos de extorsión y abusos por parte de los jefes y el alto mando operarivo, por ahí de las siete de la tarde la situación de vigilancia y presencia policial en Torreón se normalizó. El anuncio lo hizo el titular de la Fiscalía General del Estado, Federico Fernández Montañez, en concordancia con el mensaje del gobernador Manolo Jiménez: habrá nuevos mandos en la Policía Municipal y en el Grupo de Reacción Torreón y con ello, la corporación local regresa a la coordinación del Mando Especial Laguna, en el que participan la Policía del Estado, Fiscalía, Ejército, Marina y Guardia Nacional.
Cobra sentido el reclamo más sentido de los torreonenses.
Intervención oportuna
La intervención del gobierno del estado en el esquema de seguridad pública de Torreón llegó justo a tiempo y en el inter en que se empezaban a organizar otros elementos del gobierno municipal de Torreón para manifestarse por abusos de sus superiores.
Por ejemplo, a propósito del paro de policías que por momentos dejó a la ciudad sin vigilancia, elementos de Bomberos y Protección Civil vieron la oportunidad y se orgaizaron para estallar en paro este martes.
Esto último no pasará, pues la intervención del gobierno del estado los involucra.
Pero, por las mismas, nos comentan, andan elementos de Vialidad y Movilidad Urbana, a cargo de Luis Morales, por exigencia de cuotas y malos tratos.
Por lo visto, restaurar el gobierno municipal de Torreón no será fácil.
