
Por primera vez en lo que va del trienio, Román Alberto Cepeda González habló —aunque sea con rodeos— de la posibilidad de dejar la alcaldía de Torreón antes de que termine su mandato. Admitió, sin rodeos, que enfrenta problemas de salud y que está en tratamiento, lo cual ya es relevante en sí mismo, pero lo realmente noticioso fue que dejó la puerta entreabierta a una eventual dimisión, algo que hasta ahora había negado con vehemencia o simplemente evadido. Su frase fue clara en ese sentido: “el día que lo tuviese que hacer, por alguna razón, se daría con mucha responsabilidad y compromiso”. Si bien insistió en que sigue en funciones y que “no tiene pensado” irse, lo cierto es que en política pocas veces se dice algo así, sin cálculo de por medio. Lo dicho por “Robán”, más que apagar rumores, los avivó. En el contexto de una administración sumida en el desorden, con áreas críticas fuera de control y un creciente descontento social, lo que hoy suena a posibilidad podría convertirse en inminencia. Y el propio Román lo sabe.
Ensayo ganador
Lo que en el resto del país fue una farsa judicial sin legitimidad, en Coahuila se convirtió en una demostración de fuerza y organización. Mientras la consulta federal se hundía con 13 por ciento de participación y evidentes signos de simulación, en el estado la ciudadanía respondió con una contundencia que dejó sin aire a Morena: más de 360 mil votos contra 70 mil. A la vista está que aquí no se votó por ocurrencias ni por improvisaciones, sino por estructura, orden y liderazgo. La planilla verde impulsada por el PRI y respaldada por el Ejecutivo estatal barrió con la operación morenista, y dejó en evidencia que el músculo político de Manolo Jiménez no solo está vigente, sino afinado. A diferencia del caos en Durango y Veracruz, donde Morena cayó al vacío, Coahuila se convirtió en ejemplo de estabilidad. Mientras Andy López Beltrán cosechaba derrotas y desorganización, acá se tejió una jornada ejemplar. Si este fue apenas el calentamiento rumbo 2026, valdría la pena que la oposición tomara nota.
Blindaje del triunfo
En el PRI no quieren dejar cabos sueltos en el resultado de la elección del domingo en Durango y pusieron en marcha una operación de blindaje para la defensa de los triunfos que consiguieron.
Para ello, el tricolor echó mano de una de sus cartas pesadas: Rubén Moreira. El coordinador del grupo parlamentario en San Lázaro fue designado como representante ante el Instituto Electoral de Durango, con la encomienda de defender los triunfos municipales.
El descalabro para Morena en Durango deja ver que el partido guinda no es invencible, e incluso; hay quienes consideran que llegó a su tope e incluso viene cuesta abajo, de ahí la amenaza velada para tratar de revertir los resultados, pero por lo visto los priístas ni se van a dejar, ni van a dar cuartel.
Duda fastidiosa…
Si Román Alberto Cepeda deja de manera anticipada la alcaldía de Torreón, como se supone que así será, ¿quiénes de sus cercanos tendrían cabida en el próximo equipo político? ¿Pepe Ganem?, ¿Ariel?, ¿el diputado Felipe?, ¿Navarro?, ¿Luján?, ¿La Querida Socia?