
Para millones de mexicanos la Semana Santa es sinónimo de playa, descanso y hasta celebración con excesos, se trata de un periodo de inactividad laboral que las empresas, escuelas y oficinas de gobierno establecen de forma tradicional en el mes de abril, de forma coincidente con la Semana Santa de la fe católica.
Más allá de la festividad y el asueto que representan estas fechas, existe un significado profundo y antiguo que se enlaza con la tradición judeo-cristiana de recordar la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, en términos concretos, es la celebración más importante del catolicismo, incluso más que la Navidad.
La Pascua como tal inicia en el mes de marzo con el tradicional miércoles de ceniza, una conmemoración que marca el periodo de 40 días de penitencias y oración, a modo de emular el sacrificio de Jesucristo en el desierto, también se impone ceniza en la frente de los fieles, a modo de recibir el espíritu santo y recordar la naturaleza mortal y temporal que nos ata al mundo.
A partir de entonces se viven fechas clave, especialmente con la llegada de la llamada Semana Santa, misma que se enmarca con el Domingo de Ramos, festividad en la que se bendicen ramos de palma y se recuerda la entrada de Jesucristo a Jerusalem una semana antes de ser apresado y crucificado.
Posteriormente se conmemora el Lunes Santo con celebraciones eucarísticas en alusión a la unción de Jesús en Betania; el Martes Santo se conmemora la predicación de Jesús en el templo; el Miércoles Santo marca una fecha clave con la traición de Judas Iscariote; el Jueves Santo se conmemora la última cena y el lavatorio de pies, además de la institución de la eucaristía; el Viernes Santo es el día de la muerte y crucifixión de Jesús; el Sábado Santo es cuando se espera la resurrección del mesías y el Domingo de Pascua se celebra el triunfo de Jesucristo sobre la muerte.
Para quienes profesan la fe católica esto marca un momento clave, pues el fundamento de la creencia judeocristiana se entiende solamente con el sacrificio, pasión y resurrección de Jesucristo, quien precisamente desciende a la naturaleza humana para quitar los pecados del mundo y prometer una vida nueva, un nuevo pacto con la humanidad.
La Diócesis de Torreón llama a los fieles católicos a vivir este tiempo con intensidad en el plano espiritual, apostando por la moderación, la reflexión y la oración, buscando tener un acercamiento con Jesucristo y valorando su sacrificio por el perdón de los pecados.
Representa además un punto de inflexión para vivir más intensamente la fe católica y poner en práctica las enseñanzas que dejó Jesús, el amor al prójimo, el perdón de las ofensas y la búsqueda de la santidad en todos los planos de la vida.
Para no creyentes, sin duda, es un tiempo de descanso y de recargar baterías para el resto del año.
¿Tú cómo vives este tiempo de Pascua?