Luis Fernando Salazar volvió a sacudir al gobierno de “Robán”: denunció un presunto fraude por 66 millones de pesos en el SIMAS Torreón a través de una supuesta “empresa” que más bien parece fachada: Grupo Integrador de Servicios de Edificación, S.A. de C.V., que en los papeles figura como contratista de mantenimiento de pozos… pero en la realidad opera desde una casa particular sin rastro de empleados ni actividad. Huele —y fuerte— a empresa fantasma.
Pero lo más grave no solo es el desvío del recurso en plena crisis hídrica, con miles de torreonenses sin agua en sus hogares. Es que Salazar fue directo al señalar beneficiarios: el alcalde Román Alberto Cepeda, el secretario del Ayuntamiento, José Ganem, y hasta el chofer de éste, José Feliciano Hernández, quien ahora circula en camioneta High Country, a su nombre y con valor de 12.3 millones de pesos.
¿De qué tamaño será la red si hasta el conductor tiene para invertir millones? En Torreón, el agua escasea… pero los escándalos sobran.
Desorden total
Detrás de la reapertura exprés del bar “La Famosa”, clausurado por graves irregularidades, hay tráfico de influencias y una red de corrupción arraigada en el gobierno municipal de Torreón.
Aunque oficialmente el responsable es Pablo Fernández Llamas, quien llegó a la Dirección de Inspección y Verificación por recomendación de Ernesto Cepeda, hijo del alcalde, en los hechos quien manda —y cobra cuotas, aseguran los propios inspectores— es Sergio García, mejor conocido como “Checolín”, un personaje impuesto en la dependencia por el secretario del Ayuntamiento, José Ganem. Los inspectores municipales lo saben: “Checolín” es quien dicta las reglas, exige los moches y presume tener línea directa con Ganem, al grado de ningunear al propio Pablo Fernández.
El mensaje
Habrá que seguir de cerca la sesión de este martes en el Congreso del Estado. Como se anticipó en #PlazaMayor, el diputado Antonio Attolini tomará la tribuna para denunciar la agresión de la cual fue víctima la madrugada del viernes al salir de un concierto en el Coliseo Centenario.
Entre lo que dirá desde la máxima tribuna del estado, se pudo conocer que señalará con claridad que los hechos no formaron parte de una riña, sino de un ataque dirigido y evidente dosis política. Fue un mensaje de advertencia, y tiene remitente: Román Alberto Cepeda González.
El legislador también expondrá una lista de casos en los que periodistas han sido encapsulados, empujados o amedrentados por autoridades municipales… Todo apunta a lo mismo: un gobierno que no tolera la disidencia y responde con intimidación.
Las cámaras
Enero de 2024. El alcalde de Torreón, Román Alberto Cepeda, prometió que espacios públicos como el Coliseo Centenario, el estadio Revolución y el Auditorio Municipal estarían enlazados al sistema de videovigilancia del C-2, pero como muchas otras cosas en su gobierno, fue puro rollo. Tras la agresión contra el diputado Antonio Attolini a las afueras del Coliseo, se pudo conocer que no hay cámaras, ni grabaciones, ni monitoreo alguno. El agresor huyó y no hubo manera de rastrearlo.
El director de Seguridad Pública Municipal, Alfredo Flores Originales, quien llegó al cargo hace un mes, confirmó que el único centro de espectáculos o deportivo cuyas cámaras de vigilancia están vinculadas al centro de monitoreo oficial, es el Territorio Santos Modelo (TSM), y está en proceso de lograr lo mismo con las del estadio de los Algodoneros. Fuera de ahí, nada más.
